domingo, 24 de julio de 2016

Ser la Amante es más Complicado de lo que Parece.

Bueno pues cualquier cosa que puedas leer acerca de lo que es lidiar con ser "la otra" se queda corto cuanto te enamoras.

La historia con  Enrique paso por muchas etapas pero ninguna que desembocara en lo que en el fondo deseas: jamás dejó a la esposa.

Es muy complicado porque en un inicio ni siquiera piensas en ello ni en ella. Pero conforme va pasando el tiempo la sombra se comienza a hacer grande y las comparaciones de lo que hace con ella y no hace contigo se empiezan a hacer evidentes e inevitables.

Cuando tu ego como mujer es picado por esa nefasta curiosidad lo que sigue es empezar a investigar cosas que te den una pista de cómo lograr lo que ella en su momento logro. FAIL... FAIL... FAIL...

Encuentras que tienen una historia que no ha estado oculta a los ojos de nadie que le importe al susodicho. Te encuentras con una red de amistades que se convierten en una especie de soporte social que los satisface a ambos en reuniones, cumpleaños  y eventos en los que socialmente nunca podrás ser considerada. Te vez a ti misma asistiendo  a las fiestas sola, te ves asistiendo al cine sola algunas veces disfrutándolo y otras añorando que él se encontrara contigo viendo la película.

Como en esta historia la relación que Enrique y yo teníamos debía estar al margen de todo cuanto ocurriera en nuestros trabajos, es normal que venga el jefe o cualquier compañero de trabajo a preguntar frente a ti sin mayor empacho por la linda esposa o la linda hija que evidentemente NO tiene contigo y además deberás poner cara de gusto y mostrarte interesada.

Si la curiosidad es mayor harás por encontrar la dirección de su casa, si tienes acceso a su computadora buscarás en sus archivos algo que te hable de esa vida que no tiene contigo y entonces cuando menos te des cuenta estarás metida hasta el cuello luchando contra alguien que ni siquiera sabe que existes y peor aún que  con el sólo hecho de existir es capaz de mandarte al rincón del cuadrilátero en un "abrir y cerrar de ojos" y así cuantas veces sea necesario siempre que te empeñes en seguir corriendo tras una zanahoria lejana.

Si todo esto no ha sido suficiente y tienes niveles de resistencia al dolor emocional de campeonato las cosas se repetirán una y otra vez.